Desde marzo del año pasado, nos enfrentamos al que quizás sea el mayor desafío de nuestras vidas: aspectos como la movilidad ahora se ven limitados por las múltiples precauciones que debemos tomar antes de pensar siquiera en dejar nuestras sillas de casa. Con estos nuevos desafíos, el viaje se siente como un viaje.
Piénsalo y llega a la conclusión de que viajar cerca y al aire libre es la opción más viable, y aún mejor si viajas con familiares cercanos o las personas que viven en tu casa, debido al distanciamiento social. Afortunadamente, en el Valle de México estamos rodeados de regiones montañosas que nos ofrecen oportunidades únicas para vivir nuevas emociones, como la ciudad de Amecameca, un pequeño paraíso a solo hora y media del centro de la Ciudad de México.
Las aventuras pueden comenzar temprano en la mañana para aprovechar todos los beneficios que el día, el bosque y las montañas tienen para ofrecer. Las oportunidades para este destino son enormes, pero hay un lugar que reúne a la mayoría de ellas de manera segura en todos los sentidos: el Bosque del Árbol de Navidad.
Foto: Manuel Therón
Foto: Manuel Therón
Paso a paso
¿Qué tal un paseo entre cedros, abetos y pinos?Aquí puedes dar un pequeño paseo o hacer un sencillo picnic tradicional con amigos, donde hay espacio suficiente para reír sin miedo. A cada paso, las faldas de las montañas y la imagen de Istaxihuatl y Popocatepetl brindan vistas increíbles. Los senderos, la flora y la fauna conservan el aroma del pino y su resina durante todo el recorrido.
Añade un poco de energía…
También hay opciones para personas más enérgicas. En este atractivo natural encontrarás cortes que bajan a valles escondidos o improvisados recorridos de entrenamiento de descenso donde ciclistas experimentados pueden arriesgarse y experimentar emociones extremas en curvas y pendientes. Esta dirección ofrece oportunidades a varios niveles, por lo que pedalear o medir el límite es decisión de cada ciclista.
De hecho, si la bicicleta de montaña es demasiado extrema, existen grupos especiales en los alrededores de Amekameka que organizan caminatas narradas en los cañones cercanos (haciendo pausas de vez en cuando para conocer mejor la zona y despejar dudas), así como rapelar… y escalar en varios puntos. En este lugar encontrarás desde alojamiento hasta guías que, previa solicitud, llegarán con cuerdas y arneses, listos para descender de cualquier pendiente.
Foto: Manuel Therón
puesta de sol y noche como regalo
Los atardeceres son un auténtico espectáculo ya que el viento mantiene el cielo despejado. No hay lugar más seguro para acampar que un parque maduro como el Bosque de Navidad. Aunque su nombre solo refleja una temporada, en realidad es un lugar para vivir y acampar durante todo el año que bien vale la pena visitar. Reunirse con la puesta de sol con una taza de café o té animará incluso al miembro de la familia más aburrido. Las noches se llenan no solo de estrellas, sino también de sonidos y vida más allá de la imaginación de un citadino con demasiado Netflix.
Cuando se trata de relajación, el bosque no puede considerarse una playa, de hecho requiere caminar, admirar la naturaleza y conversar con nuestros compañeros o la alegría de observar animales salvajes. Sin embargo, en una época donde el espacio y el aire puro son lujos, las estancias cortas cercanas pueden oxigenar el espíritu y darnos la fuerza y la vida que necesitamos en este momento.
Bosque de árboles de Navidad. Carretera Federal Mexicana – Cuautla, km 53.5, Amecameca de Juárez, Estado de México.59 7978 0366.bosquenavidad.com
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