La Ciudad de México está haciendo historia. A principios de 2023 aparecerá la primera constitución en la metrópoli. Treinta años después de la elección general directa del primer jefe de Gobierno, la capital ha dado un paso más en la evolución de la política local. Para algunos ciudadanos, este proceso puede ser abstracto y existe una tendencia general a desconfiar de las instituciones políticas o estatales.
Sin embargo, resultó ser una etapa fundamental en el fortalecimiento de la democracia metropolitana, precisamente porque es un tema que afecta nuestra vida cotidiana. Se trata de una legítima comprensión de los principios ideológicos generales de nuestra sociedad local y de las reglas funcionales del poder que la constituyen, es decir, de fortalecer las garantías y promover las libertades y derechos legítimos de los residentes y visitantes de la Ciudad de México.
Es también una oportunidad para promover nuevos derechos y conceptos innovadores en beneficio de la sociedad y el bien común. Ha llegado el momento de reconocer los derechos al libre desarrollo de la personalidad y la individualidad, los animales o la naturaleza. Optimizar modelos urbanos basados en conceptos de desarrollo sostenible que sean sostenibles, inclusivos y de largo plazo. Por lo tanto, es constructivo y pragmático desarrollar mecanismos para dotar a las autoridades y habitantes de las ciudades de las capacidades necesarias para prevenir y superar cualquier situación de emergencia o riesgo ambiental, social, económico y político. En este sentido, la aplicación del texto y los mecanismos para hacer efectivos los derechos antes mencionados es crucial para la búsqueda de una sociedad más justa, digna y libre.
Sin un texto constitucional o legal que pretenda ser una solución instantánea a todos los problemas de los ciudadanos, presentar la práctica como una crítica incendiaria inútil y, peor aún, el producto en sí mismo, representa una amenaza para la democracia. La constitución define el contrato social a partir del cual se tejen los valores fundamentales y las reglas de convivencia social. Vecinos, familiares, compañeros, la situación favorece el diálogo entre personas y diferentes sectores en torno a temas de interés común.
En este sentido, como parte de la ciudad, todos también tenemos que cambiar. Todos tienen legitimidad y capacidad para estimular el debate, no necesariamente a través de los canales tradicionales de participación en las elecciones.¿Qué estamos pidiendo para el futuro de las ciudades?¿Cuál es nuestra contribución individual o colectiva para mejorar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida?
Para ello se formó el colectivo “Jóvenes Constituyentes CDMX”, una iniciativa abierta que se fortalece constantemente, basada en una visión de responsabilidad e iniciativa compartida. El grupo de trabajo, integrado por estudiantes de universidades públicas y privadas y apoyado por más de 50 organizaciones de la sociedad civil, busca incidir en la agenda pública y política en torno a las constituciones de las ciudades. México.
Aunque se puede criticar la decisión de criticar la idea de formar una Convención Constituyente y el rechazo a la lógica del “decir no a todo”: la propuesta de unirnos y actuar. Crear frentes comunes en torno a objetivos progresistas a través del intercambio de ideas, la cohesión y claridad de alianzas estratégicas, y encontrar espacios de participación y protección de ciudadanos específicos.
Históricamente, en la Ciudad de México, Utopía ha ayudado a ampliar el alcance del horizonte socialdemócrata en varios temas de inclusión. Esperemos que esta etapa sea una oportunidad para llenar las grietas de la dañada relación con la política. Volver al meollo de la política. Construyamos una ciudad juntos.
conocido 10 progresistas indispensables para los jóvenes votantes de la CDMX Y súmate a esta iniciativa colectiva.
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