Estas son cuatro personas. Los arquitectos Jorge Arvizu, Diego Ricalde, Emmanuel Ramírez e Ignacio Del Rio crearon la oficina hace cinco años con el objetivo no solo de crear programas para la ciudad, sino también discutir cómo debe desarrollarse el DF. Apareció MMH.
Juntos han diseñado todo, desde ofertas privadas como el restaurante Merotoro en La Condesa hasta obras públicas como la estructura temporal para la feria cultural Amity 2023 en el Zócalo. Sin embargo, su principal interés es “crear ciudades” utilizando las calles y convirtiéndolas en lugares peatonales y, por tanto, habitables. Por ejemplo, su proyecto en el restirador, un megacorredor cultural en el centro.
“Utilizamos conexiones con centros que ya existen pero que no se están utilizando. Estamos pensando en corredores urbanos, a los que llamamos “redes culturales de centros”, dice Diego.
“La estrategia de diseño fue facilitar arquitectónicamente la navegación del punto A al punto B en la primera casilla del DF. Hemos mapeado el número mínimo de calles requeridas para conectar el corredor. Al priorizar y restaurar el transporte público y las aceras, a través de un mejor diseño urbano, los peatones sabrán a dónde ir, así que siempre caminaré y encontraré un espacio público reconocible que se convertirá en un lugar para peatones y ciclistas”, dice Emmanuel.
Aunque este proyecto aún no tiene un cliente específico, MMX ideó uno para incentivar la creación de propuestas como esta que despierten a los peatones. En este caso, el camino une la Alameda con Bellas Artes, luego Chiosco Morisco, luego el Museo del Chopo, del Eco y Centro, San Rafael y otros espacios culturales de Santa María la Ribera.
arquitecto como profesor
Uno de los pilares de esta oficina es la facultad. A través de sus actividades docentes, MMX ha atraído a generaciones de estudiantes de arquitectura. En los cursos que imparten, desarrollan Territorios, una serie de microintervenciones urbanas que los estudiantes imaginan y practican.
“Reflejan complejidades urbanas como asistentes de estacionamiento, basura, ventilación del metro, agua. Temas urbanos”, dice Diego.
En un proyecto, los estudiantes construyeron una estructura multifuncional con cubos de plástico que “dejaron caer” en un parque para ver cómo lo ocupaban los peatones. Descubrieron que en áreas donde los gobiernos locales habían instalado bancas, la gente prefería sentarse en sus baldes improvisados, ya que las bancas estacionarias se colocaban al sol sin planificación previa. Los experimentos de los estudiantes permitieron diagnosticar qué, dónde y por qué las personas necesitan muebles de exterior a un costo mínimo.
“Se realizó otro ejercicio en Chapultepec. Cuando alguien tira basura, coloca un círculo con cierto radio para marcar el área de contaminación, dependiendo del impacto ambiental del artículo (por ejemplo, si fuera una colilla, dibuja círculos más grandes). Las calles se volvieron casi intransitables porque la gente sentían que no debían pisar los círculos”, dice Jorge Arviz.
creemos ciudades
Actualmente están trabajando con Reurbano, un grupo de desarrolladores que están tomando edificios antiguos en áreas como Centro o Juárez y renovándolos. MMX participa en el desarrollo de propuestas de reutilización de espacios.
“Por ejemplo, Reurbano compró un edificio de 1920 que estaba en mal estado pero que podía aceptar una renovación. Entonces nos contrataron. El problema fue que las autoridades exigieron estacionamiento. a ellos. Reurbano Buscar formas legítimas de evitar que se destruyan estas memorias urbanas, preservando así los tesoros arquitectónicos. Sin plazas de aparcamiento, los residentes tienen más contacto con el mundo exterior porque ya no se llega en coche. Tienes que tocar las calles y crear un sentido urbano de comunidad más enfocado”, dice Diego.
“Aquellos que son capaces tienden a vivir vidas más compactas. En la práctica, es mejor caminar 10 minutos que conducir dos horas»
“El cambio radica en la relación del edificio con la ciudad. Cuando llegó el coche, los edificios de los años setenta tenían grandes aparcamientos. Luego, cuando apareció más tecnología, condujiste hacia tu auto en el estacionamiento y los elevadores, escupiste en tu piso. ¡No tocaste nada en la ciudad! Ahora la forma de vida en la ciudad está cambiando. Aquellos que pueden permitírselo tienden a vivir vidas más compactas. “No quiero conducir 2 horas en 10 minutos. Ese es el cambio que buscamos: una mayor integración con el espacio público. Fuimos estúpidos en la medida en que los apartamentos están conectados a la calle, con un interior mínimo de los apartamentos, o tienen escaleras para dar a la calle. Esto mejorará la calidad de vida de las personas”, dijo Ramírez.
Para MMX, cualquier área metropolitana puede tener muchas viviendas, pero ninguna ciudad a menos que haya espacio entre ellas para permitir que el flujo se encuentre entre ellas. Su filosofía: la unidad de la Ciudad de México debe ser la calle, por lo que merece un diseño arquitectónico respetuoso y amable.
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